Dicen que su talento era destrozar el orden defensivo del rival a pura gambeta y velocidad, utilizando las zonas laterales del ataque en el propósito y, luego de lograrlo, asistir o finalizar ellos mismos la faena en la zona donde los sueños de gol se realizan: el centro.
Ellos son los otros desaparecidos de aquellos soñadores y utópicos años: los wines.
Causalmente, empezaron a morir cuando esa década lo hizo dejando paso a los comienzos del reinado del neoliberalismo en el mundo, con Reagan y Thatcher a la cabeza.
Y... es lógico. Es que el neoliberalismo planteó la muerte de las ideologías, no más extremos, no más magia, no más utopías... puro centro. Todo lo mismo.
Y ahí fue Bilardo a crear los carrileros de ida y vuelta y poca convicción ofensiva, usando el lateral solamente para cortarle el recorrido al adversario, a lo sumo para desbordar y mandar un centro a la olla, cero gambeta, cero cintura, cero quiebre, puro centro... como el neoliberalismo. No nos acordamos de eso porque estaba el Diego aportando su magia... desde el centro, claro. Ni eso escapaba a la maldita lógica.
Fue el comienzo del fin. Años después nos econtramos ante un fútbol asquerosamente mezquino, en el que el orden prima sobre el caos de la creación (lindo tema para un artículo...), donde el miedo a la derrota prevalece sobre la esperanza de la victoria.
Y sí, es lógico... hasta ese miedo nos dejó el neoliberalismo:
Quedate en la covacha que afuera es una selva y te esperan para matarte.
Quedate calentito atrás y con 4 o 5 en el fondo (porque lo de la línea de 3 a mí no me la venden...) porque allá adelante te espera el contraataque y la muerte futbolística.
Y así andan por Europa... entregándole las riendas a los técnicos para que sus dibujos maten la creatividad en vez de tomarlas ellos, los jugadores...
Y así andan por Europa... entregándole las riendas a los técnicos para que sus dibujos maten a la sociedad en vez de tomarlas ellos, el pueblo...
En fin, menos mal que les queda el Barsa y Messi, algo es algo...
Clávenla en un ángulo.
Abrazo de gol, los quiero mucho, nos vemos mañana...
Sí, todo bien, pero al igual que antes lo teníamos al Diego y no vimos eso, ojo que ahora con Messi y el Barsa siguen haciendo lo mismo... que el árbol no tape el bosque... y como en el neoliberalismo lo que vale es ganar, y proteger el arco para que no te metan goles... y las formas, el juego, la ética y los valores que hacían el juego atractivo no importan... porque lo que importa es ganar, sin importar cómo, igual que en el neoliberalismo... y lo que importa es ganar plata, nisiquiera ganar los partidos, y así fue como el futbol dejó de ser un juego y pasó a ser un negocio, y así fue como la mayoría de los clubes están en problemas, y lamentablemente así fue como River terminó en la B... ojalá algún día vuelva la magia del juego... como está volviendo la magia y la mística en la política...
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ResponderEliminarEs hermoso el articulo Claudio. Una analogía extraordinaria, algo que jamás saldría de mi cabecita pseudotécnica estructurada.
ResponderEliminarLamentablemente no pude vivir esa hermosa época, la naturaleza me lo prohibió jejejeje.
Lo del futbol creo que es un viaje sin retorno, sin pasaje de vuelta. A medida que pasan los años, se encargan de borrarnos lo bueno que nos dejó el fútbol de las doradas décadas pasadas.
Recuerdo mi última visita a la cancha, con clau, a ver a Chaca, linda tarde me hiciste pasar culia'!. No volví, no pq no me gusta, me encanta, pero por convicciones, que en muchos casos son más fuerte que mi raciocinio, me lo impiden.
De Gurmet Clau, De Gurmet!