Continuando con las directivas para el trabajo sobre un nuevo imaginario social, me abocaré en este escrito a la deconstrucción del concepto de solidaridad, ya que debemos lograr que se ubique en el plano de lo privado, y que no resulte un concepto de construcción pública y social.
Siendo la definición de solidaridad: "Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros", debemos anclarnos fuertemente en la misma, ya que la acción solidaria siempre estará enfocada en los OTROS. Debemos dejar bien en claro que la solidaridad es algo que redunda en un bien AJENO, para el cual la gente sacrifica algo de lo PROPIO.
Si los personeros del populismo logran imponer la idea de que la solidaridad es la que conforma el entramado de una sociedad, el pueblo comprendería que el aporte al bienestar común redunda en un mayor bienestar propio, y esto, como Ud. se dará cuenta, echaría por tierra todo nuestro trabajo sobre el imaginario para lograr la aislación y alienamiento final de cada uno de los actores de la sociedad, ergo los ciudadanos.
Lo que debemos imponer desde nuestro lado de la trinchera es el concepto de que la solidaridad es otro más de los impuestos que deben pagar los ciudadanos para colaborar con la sociedad, pero en casos puntuales y voluntarios.
El concepto universal, social y compulsivo de la solidaridad debe ser combatido constantemente, y defenestrado sin descanso. El lema que deberíamos intentar imponer sería algo así como lo siguiente:
"Yo trabajo por lo mío y quiero lo mío, si el otro quiere algo que se lo gane como yo; no tengo por qué trabajar para que otro se lleve el fruto de mis labores."
Así, lograremos una descomposición en el tejido social en el cual el OTRO es cada vez más un enemigo que quiere apropiarse de lo mío, y del cual debo defenderme. Debemos deshumanizar al OTRO, debemos convertirlo en un desconocido que les dé miedo. Bien sabido es que el miedo hace malos a los seres humanos, y debemos impactar sobre las emociones de los mismos para lograr ese pánico por el otro, por el usurpador.
Por otro lado, debemos propender a la creación de instituciones por fuera del Estado que se apropien del trabajo solidario (podríamos llamarlas Organizaciones A-Estaduales, o algo así, ustedes son más expertos en desarrollar títulos y titulares que yo...), ya que al mismo tiempo deberíamos haber logrado, como hablamos en anteriores escritos, la desacreditación total (o casi) del Estado.
Estas instituciones determinarían cuáles acciones solidarias realizar, y les brindarían a los ciudadanos "vías de descompresión" de su realidad alienada y autista, permitiéndoles lograr la sensación de que sí pertenecen a un colectivo y que son buenas personas, altamente solidarias, que colaboran con la sociedad cuando ésta los necesita.
Estas "Acciones Solidarias Puntuales" alejarán el foco de la solidaridad de la construcción del entramado social, acto que al mismo tiempo, y de un solo golpe, beneficiará nuestros intereses y dificultará los del estado populista.
Al final del día, deberíamos lograr que la sociedad cambie totalmente su definición de la solidaridad, pasando de "construcción colectiva", a "sumatoria de individualidades", de lo "debido" a lo "elegido".
Como en anteriores premisas, habremos así logrado que no detecten lo "debido" de lo que les imponemos, y que opten por lo "elegido" que también le imponemos.
Así, gracias a nuestro trabajo discursivo sobre su imaginario, todo lo que le impongamos será obra de su elección, y lo que les imponga la convivencia social, será blanco de sus odios. Habrá llegado el momento en el que finalmente sean "hablados" por nosotros, y asistiremos así a la etapa final de la construcción de nuestro modelo social.
Seguiremos abordando estos últimos pasos en subsiguientes escritos.
Atte.,
Nicholas MacIavellow
Management Consulting
PD: Como habrá visto, la demora en presentar este escrito estuvo dada por la reticencia de sus empleados a cumplir con los pactos acordados con Ud. Soy serio en mis obligaciones, espero sean igual de serios en las suyas...
Me gustó lo de la desacreditación total (o casi) del Estado. Tampoco es cuestión de que la "gente" crea que el Estado no sirve para nada. En qué estructura se ampararían para poder imponer sus políticas (ay perdón, acabo de decir una mala palabra para estas personas) si el Estado no existiera como tal? Al menos hay que conservarlo hasta que abiertamente se transforme en una Corpocracia, no? Como siempre genial!
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